Varios cursos con el uso intensivo de ordenadores en las aulas ofrecen la posibilidad de tener elementos para algunas reflexiones ( puede que de dudosa calidad) vinculadas a la práctica diaria. Ideas que pueden servir para el mundo adulto, incluido el autor de este texto.
El uso continuado de máquinas con las TIC crea una cierta simbiosis entre usuario y aparato que va más allá de la simple utilización. No es un invento cualquiera. El ordenador, la tableta, el móvil son extensiones activas, brazos articulados que acercan algo más que información, emociones, experiencias o conocimientos. El mensaje no es la máquina pero la máquina también cuenta.
Algunas observaciones efectuadas en clases con alumnado adolescente:
- El objeto máquina adquiere un aire de sujeto activo.
- El ordenador, además de con el teclado, recibe casi de forma telepática las instrucciones del usuario.
- La frase más odiada de la clase es: “Profe, no va”: frustra a ambos, desactiva procesos, preocupa pero también activa mecanismos de respuesta para la búsqueda de soluciones: individuales o compartidas.
- Estar pendiente de la respuesta del ordenador a una duda, a una pregunta o a una preocupación le aporta a la máquina superpoderes.
- El uso diario de materiales digitales confiere al medio máquina más importancia que cuando de papel se trata. Detrás de la pantalla hay mucho más.
- Abrir varias pantallas, guardar recursos seleccionados, crear carpetas, compartir información, publicar son manifestaciones que reafirman que el mejor aliado es la máquina.
- El cuidado al ordenador personal es exquisito, con personalizaciones del tipo “tuneo” de vehículos: en la pantalla, en los programas, en la carcasa.
- Dejar prestado un ordenador es prestar una parte de ti.
- Las conexiones a la red se parecen al cordón umbilical: son vitales.
- Perder un trabajo en el ordenador no suele provocar rebeliones contra la máquina. Al contrario, la culpabilidad se la atribuye la víctima y le incita a descubrir qué hizo mal.
- Mirar la cara de satisfacción de un alumno cuando la máquina le ayuda se parece a la misma sensación con una persona delante. Le dan las gracias con el rostro iluminado.
- No se observan impulsos destructivos de las máquinas, ni siquiera en los peores momentos, sean cuales sean. Como si cambiara la mentalidad con las TIC.
- Hoy los alumnos “no están en la luna”, “están en la nube”:
- Cada vez más, los ordenadores son una proyección de su vida.
Otro día hablaremos de más personalidad digital. Mientras, he aquí la opinión de Elena Asins, Premio Nacional de Artes Plásticas 2011, sobre el uso de los ordenadores: "El ordenador trabaja como nuestro cerebro, lo único que se diferencia de ello es el subconsciente" (una entrevista que va más allá)
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