Título: Diez estrategias para que otros expertos entren en las aulas
REDIFUSIÓN
Este artículo se publicó en su momento en la revista AIKA, año 2017, editada por el Gabinete de Comunicación y Educación, de la Universidad Autónoma de Barcelona. Quien la gestionaba no permite la consulta de su web. Se desconoce el motivo. Por tanto, los artículos, a día de hoy, han desparecido.
Reproduzco aquí abajo el texto del artículo citado, publicado en AIKA, de mi autoría:
Cada vez se publican más y mejores portales y webs especializadas en educación, mayor número de artículos, selecciones de experiencias, nuevas metodologías, menciones a grupos e iniciativas diversas para favorecer cambios positivos en la educación actual. Los expertos son muchos y las reflexiones, aún más. Cuando se analiza quién acude a convocatorias específicas para enriquecerse con nuevas ideas para aplicar en el aula, suelen verse a las mismas personas que, a veces, van a reafirmar sus pensamientos, escuchándolos proyectados por quien ameniza un debate, dicta una conferencia, dinamiza un webinar o se explaya en un largo artículo. La transferencia de las aportaciones a los colectivos docentes que no suelen acudir a estos actos es una labor imprescindible si se pretende un cambio profundo y general. En los centros educativos cada vez hay más grupos de trabajo con inquietudes ante la innovación, atentos a las novedades exteriores. No obstante, también abundan colectivos inmovilistas o entregados a repetir aquello que siempre han hecho, sin cuestionarse si se adapta a las necesidades del alumnado actual y a las demandas de la sociedad. Pero, ¿cómo introducir a esos otros expertos en las aulas y que lleguen a todo el profesorado, incluidos quienes no renuncian a su consolidada zona de confort?
Expertos
No hay duda de que el principal experto del centro educativo es el docente. Por tanto, el mejor equipo de profesionales debería ser el que está al frente de la labor educativa. Y, ¿quiénes son esos otros expertos? A veces están al lado, por ejemplo el profesorado del claustro que innova pero o no comparte o pasa desapercibido, un grupo de trabajo de dentro o bien compartido con otras personas del ámbito educativo (de manera presencial o virtual), quien acude a formación externa, quien elabora o encuentra materiales útiles para aplicar en el aula. A menudo se recurre a los expertos de fuera: docentes de otros centros o de otros campos, de universidades, especialistas en aspectos concretos de la psicología o del aprendizaje, webs, recomendaciones difundidas en redes sociales por especialistas de confianza, etc.
El momento educativo actual se ve rodeado de estímulos a favor del cambio, de propuestas innovadoras, favorecidas por su difusión gracias a las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) y también debido a la apertura de las aulas a un mundo cambiante, con alumnado que adquiere mayor protagonismo. A medida que tiene más edad, su poder de influencia en el proceso del aprendizaje y la capacidad de generar otros conocimientos aumenta. En aquellos centros menos favorables a integrar las TIC en la metodología diaria, también se observa el efecto del aprendizaje formal e informal que proviene del exterior.. Afortunadamente, hoy el colectivo docente está mentalizado sobre el gran poder que tiene para influir en el cambio educativo y social desde el ámbito del centro en el que trabaja.
También entre las familias de la comunidad educativa abundan personas con las que contar porque sus conocimientos, experiencias y redes de contactos ayudan a enriquecer el hecho educativo. A menudo su potencial está desaprovechado.
Estrategias
La dinámica escolar funciona a base de reuniones y encuentros diversos por donde fluye todo lo relacionado con la gestión del día a día, los planes anuales, programaciones de todo tipo y proyectos en marcha. A veces todo se convierte en una rutina que se perpetúa sin reflexiones periódicas y donde se tiene miedo al cambio. Otra cosa es la efectividad real de tal estructura en un marco moderno de gestión del tiempo, propio de cualquier organización moderna. No obstante, hoy se necesita la apertura de vías por donde entre “aire fresco” que provoque que la organización escolar se cuestione su funcionamiento y se abra a planteamientos más innovadores, muchos de ellos experimentados en otros lugares y a menudo compartidos gratis en Internet. No hace falta crear siempre, solo adaptar, mejorar y luego compartir para ayudar a otros en su proceso de búsqueda.
¿Qué posibles estrategias pueden funcionar para que otros expertos entren en las aulas?:
1. El equipo directivo ha de predicar con el ejemplo e implicarse: ser el primer transmisor de aquello significativo del exterior que se pueda aprovechar en el centro. Ha de aportar ideas, propuestas, contactos y gestionar la adaptación de la comunidad educativa, con criterios y sin caer en modas pasajeras.
2. Todo docente debería estar presente en las redes sociales y seguir a personas que aporten nuevas ideas o proyectos. Cuando alguien encuentre algo que interese en el centro, se comparte y se aconseja seguir.
3. Crear redes de comunicación interna para que todos se enteren de todo al mismo tiempo. La eficacia está en introducir el mensaje en la vida de cada uno y después hablar de las posibilidades que ofrece para el cambio. Urgen revisiones periódicas de la gestión de la comunicación de los centros docentes.
4.Seguir las alertas y las noticias sobre educación que publican los medios de comunicación generalistas y especializados.
5.Crear encuentros lúdicos y desinhibidos para favorecer el aprendizaje informal en la organización educativa.
6.Compartir los trabajos y éxitos educativos con el resto de la sociedad por medio de las TIC. Aporta refuerzos positivos y buena imagen externa, basada en hechos reales.
7.Asistir a jornadas, encuentros, congresos y compartir los aprendizajes. Mejor en reuniones donde se puedan establecer intercambios de opiniones con finalidades positivas y constructivas.
8.Dejar que los alumnos enseñen en la clase y busquen recursos para favorecer el aprendizaje, con el profesorado como conductor y mediador. Sus habilidades, creatividad, trabajos y aficiones motivan al resto de compañeros.
9.Organizar jornadas, charlas o encuentros a los que se invite a personas expertas. Crear debates presenciales durante el acto y también expandirlos a las redes sociales para favorecer la interactividad y así aumentar y enriquecer el aprendizaje.
10. Comenzar de menos a más, docentes que implican a otros y así sucesivamente a través del convencimiento que aportan los efectos de la experimentación y, sobre todo, los resultados positivos. La paciencia y la constancia aquí son virtudes.
11.Crear noticiarios digitales internos, tipo blogs o newsletters donde aparezcan no solo ideas externas sino también innovaciones que se ponen en práctica. ¿Cuántas veces se desconoce qué se hace en las aulas, donde hay profesores que son auténticos expertos en proyectos concretos? Dar valor al equipo es fundamental y la fluidez de la comunicación es básica.
Los cambios educativos actuales exigen adaptación, versatilidad, trabajo en equipo y reflexión continua. La apertura al exterior es incuestionable, bien sea para aprender de otros expertos o para compartir la gran labor de tantos docentes a pie de aula, también expertos cada día.
Evaristo González Prieto
13/2/2017
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