Título: Educar con creatividad en ciudades integradoras (2)
REDIFUSIÓN
Este artículo se publicó en su momento en la revista AIKA, año 2018, editada por el Gabinete de Comunicación y Educación, de la Universidad Autónoma de Barcelona. Quien la gestionaba no permite la consulta de su web. Se desconoce el motivo. Por tanto, los artículos, a día de hoy, han desparecido.
Reproduzco aquí abajo el texto del artículo citado, publicado en AIKA, de mi autoría:
¿Hay alguna ciudad en el mundo que se olvide de la educación en sus objetivos más inmediatos? Este derecho fundamental de la ciudadanía se convierte en un deber y en una preocupación para quienes dirigen los ayuntamientos, si bien las valoraciones de su impacto y de los resultados son diversos. La ciudad, como un entorno educador donde sus habitantes deben predicar con el ejemplo; las actitudes y los comportamientos cambian con las buenas prácticas personales y colectivas, no solo con los programas municipales.
Las fronteras entre educación y creatividad poco a poco tienden a desaparecer. Las tendencias actuales potencian otras metodologías y entornos de aprendizaje en los centros educativos, en que la estimulación de la creatividad del alumnado ha de ser uno de los objetivos prioritarios. El educador y escritor británico Ken Robinson lleva tiempo insistiendo en sus libros y charlas en que hoy las escuelas matan la creatividad. ¿La favorecen las ciudades? ¿Ustedes se las imaginan totalmente abiertas y receptivas a las ideas e iniciativas novedosas y positivas de sus habitantes? ¿Se imaginan también a todos los centros educativos así?
La educación es una herramienta muy importante para conseguir una mejor calidad de vida en los núcleos de población. Los programas educativos de los gobiernos trazan líneas de actuación desde el presente pensando en el futuro: utópicos, realistas, posibles, progresistas, conservadores, irrealizables, he ahí una de las incógnitas que se resuelve con el tiempo. Después del primer artículo en AIKA, en esta segunda entrega aportaremos focos de atención, claves y evidencias observadas en una ciudad que es, a la vez, educadora y creativa. Sirva como un ejemplo muy cercano, escogido entre otras urbes del mundo.
Actividades
Terrassa (Barcelona), como ciudad educadora, ofrece cada curso escolar una extensa guía de actividades y servicios educativos, pensados para aportar conocimientos y fortalecer valores que son fundamentales en un modelo social que se ha de consolidar desde los centros educativos. Para ello, la fuente de inspiración son los programas políticos, las demandas de la sociedad y, sobre todo, las necesidades de sus habitantes. Tras el lema La ciutat de les persones(la ciudad de las personas) ha de integrar toda la diversidad humana que conforma una urbe moderna de 225.000 habitantes. Programar actividades diversas y diferentes también obliga a aplicar un pensamiento creativo con una proyección final: los resultados educan hacia la apertura a otras formas de progreso y a una mentalidad abierta e innovadora. Pero, sobre todo, no tanto desde bases teóricas sino desde la práctica de experiencias, de entidades que muestran sus actividades, de las enseñanzas de las personas mayores, de las invitaciones a programas solidarios, de la participación con una mente despierta, de la incitación a introducir otros aprendizajes en las aulas, compatibles con las enseñanzas formales.
Cuando una ciudad es rica en entidades, estas se convierten en maestras para el resto. Aprovechémoslas, tienen gran valor. Lo mismo cuando hay personas que destacan, que son creativas, o instituciones que pueden acoger a personas que aprendan de ellas o que les enseñen. ¿Líneas de trabajo? Por ejemplo, disfrutar con la cultura de la ciudad, incidir en el medio ambiente y la sostenibilidad , educar en valores con aportaciones novedosas (los colores de la diversidad, conectar generaciones, la herencia de las personas mayores, ¿me enseñas?, ¿te enseño?, regalar sonrisas), educar para la salud (sobre consumo, moverse para la salud, educar las emociones con el mindfulness y el quererse y querer, la potenciación de la bicicleta), educar en la emprendeduría y orientar sobre empresas y comercio, la potenciación de las ciencias y de la tecnología digital y audiovisual, educar con las artes (visuales, plásticas, circo, teatro, música, cultura popular), con la historia y el patrimonio. Son ejemplos reales extraídos del programa del curso 2017-2018.
Participación
Un programa educativo tan extenso no se podría llevar a la práctica sin la colaboración de más de 74 entidades y empresas de todas las tendencias, y 26 servicios municipales. Hay una buena dinámica entre las entidades de la ciudad para elaborar la guía de actividades con la red “Terrassa educa” y para coordinarlas con el “Plan Educativo de Entorno”, una estructura que genera espacios de trabajo en que participan escuelas, policía, servicios de salud y municipales, asociaciones de madres y padres de alumnos, entidades vecinales, etc. Se recogen necesidades y se buscan y frecen propuestas para cubrirlas.
La importancia de ser ciudad educadora no es tanto por el título sino por introducir la perspectiva y la mirada de la educación en las propuestas. Por ejemplo, en los temas de género y de diversidad. No solo que haya una visión técnica en las ideas sino también una concienciación de alumnos, profesorado y familias.
La implicación de tantas personas demuestra el impacto de la educación en la ciudad, una tarea colectiva que anima a mejorar y a comprometerse. Centros Cívicos, centros educativos y personas a título particular forman el ecosistema educativo de la ciudad, donde se pretende que sea realidad otra de las consignas repetida desde hace años: Tothom suma (todas las personas suman). La base de tantas sinergias se centra en la colaboración. Aquel viejo y repetido proverbio africano que ya insistía en la necesidad de la tribu entera para educar a un niño está presente en un entorno urbano educador. Qué mejor ámbito que la ciudad, con la implicación de los claustros del profesorado de cada centro. A pesar de las dificultades externas y de las realidades de las clases, la gran vocación docente favorece que la ciudad educadora sea una realidad desde las aulas.
Realidades
Hace unos años, las buenas expectativas económicas y de futuro de la ciudad atrajeron a muchas personas que confiaban con grandes esperanzas en los buenos momentos. Sin embargo, la posterior crisis generó la pobreza en muchas familias. A la necesidad de las ayudas sociales se unió la restricción de las subvenciones que los ayuntamientos recibían de diversas instituciones oficiales. También hubo que implementar, mantener y reforzar la estructura educativa dependiente del ayuntamiento y preocuparse porque la educación sirviera para favorecer la equidad y la integración, combatiendo la segregación urbana. Se incrementaron las ayudas a familias con necesidades económicas, más becas, favorecer la integración de alumnado de diferentes procedencias, tener en cuenta el entorno en que se mueven, preocuparse por una mejor escolarización, aportar servicios añadidos y potenciar programas educativos novedosos, fáciles de aplicar, con esa dosis de creatividad que los haga atractivos e integradores para el alumnado.
Valores
Muchas de las acciones llevan implícitos unos valores que son básicos para la integración de las personas, para su educación y para generarles autoestima. En los últimos cursos se han incorporado iniciativas de éxito, unas dentro y otras fuera del horario escolar, para población escolar y para personas adultas, en los centros educativos y en otros espacios. Por ejemplo, talleres de cocina y costura; proyecto de patios abiertos fuera del horario lectivo; estímulo de la práctica de la lectura por parejas, entre un niño o niña y una persona estudiante; proyecto de ayudar a hacer actividades, con parecido planteamiento; la contratación de un artista visual que forma a alumnado y profesorado en escuelas de Primaria para que produzcan obras, que después se mostrarán en público; el uso de la música para trabajar valores, con talleres para que el alumnado aprenda a tocar instrumentos y después muestren lo aprendido en sesiones públicas; el Basket Beat en institutos, con una actuación pública al final; o el potencial de las actuaciones educativas dentro del programa Aprendizaje-Servicio.
Transferencias
La ciudad acogió en su día varias ediciones de muestras públicas de proyectos educativos. Actualmente se ha reconvertido en una fórmula de éxito, el Laboratorio de Transferencia Educativa o LAB(Tred), proyecto participativo y abierto a las buenas prácticas educativas, que pueden ser visitadas por docentes en horario escolar y consultadas después en una página web específica. Abundan las sinergias entre educación y museos, como la creación de apps con rutas y guías digitales basadas en la Realidad Aumentada, proyecto europeo Creative CH (instituto Torre del Palau y Museo Nacional de la Ciencia y la Técnica de Catalunya), o el nuevo proyecto Magnet , con este mismo museo y otros centros educativos de la ciudad, alianzas para el éxito educativo. Las alianzas entre educación o universitaria y universidades también son destacadas.
Ciudades educadoras y creativas a la vez son valores en alza y ejemplos eficientes. En el próximo y último artículo veremos el poder de una ciudad creativa en cine.
Evaristo González Prieto
Agosto 2018
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