Título: Enseñanzas con las que también se aprende
REDIFUSIÓN
Este artículo se publicó en su momento en la revista AIKA, año 2016, editada por el Gabinete de Comunicación y Educación, de la Universidad Autónoma de Barcelona. Quien la gestionaba no permite la consulta de su web. Se desconoce el motivo. Por tanto, los artículos, a día de hoy, han desparecido.
Reproduzco aquí abajo el texto del artículo citado, publicado en AIKA, de mi autoría:
La participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 de dos deportistas que estudiaron en el instituto Torre del Palau de Terrassa fue uno de aquellos acontecimientos que invitan a pensar en el gran valor de la educación y en los procesos de aprendizaje que implican esfuerzos continuados a lo largo del tiempo. Las personas a menudo funcionamos con rutinas establecidas, con formas de trabajar que necesitan de una parada temporal: distanciarse para analizar y llegar a aquellas conclusiones que alimenten los sistemas de mejora. La reflexión es la base del progreso. La crítica constructiva, el alma del avance.
Sentado delante de la televisión, mientras veía cómo Albert Puig nadaba relevos en medio de grandes figuras de la natación que continuaban siendo sus ídolos de la infancia, y mientras Paula Leitón jugaba a waterpolo con la selección española, intentaba extrapolar esta gran noticia y verla en su extensión a lo largo de tiempo. Los dos exalumnos nos han enseñado mucho. Hay programas educativos catalanes (y también en el resto del Estado) que han sido todo un acierto para los adolescentes que se han acogido a ellos, por ejemplo el Alto Rendimiento Deportivo, del cual el instituto forma parte con 100 alumnos en el presente curso escolar.
Unos meses antes, pensaba en parecidos términos sobre los 80 alumnos que actualmente forman la Coral del centro, con más de 25 años de antigüedad. También pensaba en las composiciones artísticas de bachillerato, o en las interpretaciones teatrales, con obras originales escritas por una profesora del centro. Perfomances diversas que enganchan, las artes plásticas que fomentan la creatividad, salidas culturales con las que a veces se aprende más que en las clases, o los resultados de 20 años de introducción de las TIC en el aula, con unos aprendizajes visibles e invisibles de largo recorrido y que habría que analizar con más profundidad de lo que se hace.
Mientras pensaba en todo lo anterior, seguía a la espera de los resultados de las pruebas PISA de 2015, publicados ahora, y en los que participó el instituto por primera vez. ¿Contempla PISA aquellas enseñanzas con las que también se aprende?
Extrapolaba las reflexiones a tantas peculiaridades de tantos centros educativos de todas partes, unos hechos diferenciales que fueron innovaciones en su momento y que conforman aquellos atractivos que convierten la enseñanza en más significativa y competencial, a menudo en entornos sociales desfavorecidos. Son aprendizajes transversales, conectados con la realidad, con visión de futuro y compatibles con las diversas metodologías que se utilizan para enseñar el currículum de forma transversal. Son experiencias educativas que trabajan habilidades y, sobre todo, valores humanos, atendiendo a principios de equidad y de ausencia de discriminación de nadie. La supuesta rentabilidad de todo no se transforma en cifras sino en experiencias que forman. Son vivencias que perdurarán en los recuerdos del alumnado y en su formación, a veces más que muchos aprendizajes formales de los temarios obligatorios.
El marketing educativo de cada centro no debe responder solo a campañas puntuales (y artificiales) cuando llega el período de preinscripción sino que debe partir del día a día, con una imagen exterior que se debería relacionar con realidades propias y comprobables que se forman en el día a día de cada escuela. ¿Pensamos cómo se percibe cada centro desde el exterior de acuerdo a su historial educativo? La mejor imagen no se ha de basar en ránquings sino en hechos: comunicar bien la realidad, sin medias verdades, es la base de la credibilidad.
El programa el Alto Rendimiento Deportivo del Consell Català de l’Esport y del Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya va más allá de las marcas, de los récords y de las medallas. Las mejores condecoraciones son las que el alumnado cultiva en su interior, que transcienden a otras personas a través de sus actitudes. El esfuerzo, el espíritu de lucha, al superación, la disciplina, el trabajo por objetivos y la aceptación de los resultados encajan con las demandas de la sociedad actual. El deporte educa en todos los niveles.
Cada fin de semana las actividades deportivas escolares convierten muchos espacios de todo el Estado español en una gran aula de aprendizaje. Miles de niños y niñas, de adolescentes y jóvenes aprenden y también enseñan, en unas actividades que poco a poco los van fortaleciendo como personas.
Los centros educativos que cultivan las manifestaciones musicales e incentivan también las aficiones de su alumnado están abriendo caminos expresivos y experiencias creativas de gran valor. El teatro, la música, el baile, las artes plásticas, los videojuegos, los grafitis, la robótica, los cómics, los youtubers, tantas y tantas posibilidades para aprender dentro y fuera de las aulas, con y sin internet. Todo es compatible con la enseñanza establecida, con metodologías diferentes e innovadoras. La enseñanza formal y la informal ya son solo una en el entorno personal de cada persona que aprende.
Alumnos que cantan en una Coral (elegidos no por cantar mejor: sin discriminación a nadie), que ensayan, que graban canciones, que ofrecen conciertos, que se relacionan en “familias”, que salen y que viajan son muestras de la riqueza de proyectos artísticos de muchos otros centros educativos de todos los niveles. Es importante decirlo en un momento tan interesante como el actual, en el que abundan estrategias innovadoras (algunas no tan nuevas) que han de partir del valor del trabajo anónimo de tantos docentes que llevan años renovando los centros educativos, invirtiendo y sumando esfuerzos con resultados más positivos de los que a veces se publican.
Los nuevos puntos de partida se han de alimentar del trabajo anterior. Cada docente podría documentar sus experiencias innovadoras en público, cada alumno podría recordar las que más le han servido en su vida y cada familia tendría que valorar la influencia del centro educativo en su entorno. Quizá a partir de esta composición tan amplia se obtendría un perfil bastante exacto y positivo de la realidad educativa actual, necesario para orientar las políticas educativas y los nuevos movimientos innovadores, en unos escenarios que continúen estimulando los aprendizajes para un futuro que se labra desde el presente.
En todo el Estado ha habido muchas prácticas educativas diferentes y ahora hay más, con resultados que han dejado profundas huellas en el alumnado, más allá de las frías estadísticas de pruebas estandarizadas. Independientemente del caso que le hagamos al idolatrado informe PISA de turno.
Evaristo González Prieto
7/12/2016
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